La selección Argentina no encuentra el rumbo, está a la deriva a pocos meses del inicio de la copa del mundo.
El partido contra Catalunya dejó un saldo negativo en lo que respecta a la defensa. Que no brindó seguridad, no estuvo sólida.
Y un saldo positivo en el ataque, ya que, al contrario de los últimos partidos, el equipo generó situaciones, pudo haber convertido algún otro gol, y la historia hubiese sido otra.
En esta ocasión no estuvo Lionel Messi para ser criticado, no estuvo Juan Sebastián Verón, para ser resistido, ni tampoco Gabriel Heinze, para culparlo de todos lo errores que suceden en el fondo. Sin embargo, los dirigidos por Diego Maradona (este encuentro lo tuvo que ver desde la platea por estar suspendido) volvieron a defraudar a la gente, a cosechar una nueva derrota. Sigue pasando jugadores y ninguno logra afianzarse, o mejor dicho, a ninguno se le da continuidad para que pueda demostrar lo que sabe.
El mundial está más cerca de lo que parece, falta poco, y si el objetivo es ser campeón, hay que trabajar y mucho para poder conseguirlo.
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