La igualdad era el resultado más justo, pero gracias a la gran actuación de Gastón Sessa, Gimnasia se estaba quedando con un valioso triunfo, ya que los goles no se merecen, sino que se hacen. Y eso hizo River en el final del encuentro, la aparición de Rogelio Funes Mori para asistir a Gustavo Canales quien definió y concretó el 1-1.
El rendimiento del equipo hay que dividirlo en dos. El primer tiempo fue desastrozo, errores de concepto, falta de coordinación y poca actitud.
En la segunda mitad todo cambió. Es cierto, ingresó Marcelo Gallardo y le dió un nuevo aire. Fue la figura del millonario y quien encaminó al equipo para conseguir el empate.
El juego agresivo, la busqueda de espacios, se destacaron en el conjunto dirigido por Leonardo Astrada. El gol llegó por decantación, porque lo merecía y porque hizo lo que tenía que hacer para conseguirlo.
Para salir de este momento hay que hacer incapié en los segundos 45 minutos de este partido, así deben jugar para no penar con el promedio y pensar en el descenso, así tienen que jugar para volver a pelear arriba, porque de esa manera, si se pierde, por lo menos, no se deja una mala imágen.
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